viernes, noviembre 29, 2013

Barro lunar.

Otra vez somos vos y yo, noche.
Tu olor me ha vuelto a imantar
como el canto de una sirena
y su única curva luminosa
buscando mis ojos desde el cielo.

Las mismas viejas locuras
renovando absurdas realidades.

La mirada estallando su ficción
desde el rincón solitario de las horas.

¡Quebraría mil días por tu fantasía!

Buscar, siempre buscar:
sin mapas, sin tesoros, tan sólo
por ser piratas en la penumbra,
por evadir lo convencional.

Tantas agujas esperando
por algún impulso ficticio,
y el viento siempre estuvo dentro,
a la espera de algún velamen.

Noches se mecen, internas,
en las mareas del ánima.
Sus habitantes resguardan
la matriz de toda poética.

Los diálogos que se engendran
deshacen cualquier logística
con un filo abstracto, certero.

Las palabras que surgen
arañan mi psiquis sin contemplación.

Otra velada de libertad,
otra vez la eternidad
soltando a presos corceles
por su páramo demencial.

En la base del vaso, otro espejo vacío.
A la intemperie, la tempestad.



No hay comentarios.: