jueves, febrero 16, 2006

Urbaires.

Puedo poner en duda a cualquiera
que me diga que la melancolía
no fue parida en un rincón de Buenos Aires.

Descansando en la sombra de Leopoldo
o viboreando el cielo con Julio
desde la mademoiselle hecha Plaza
hasta adoquines casi bautizados
son tantas mis cadenas de amor
a tu gris plataforma urbana
que extrañarte siempre es lo menos
y para lo más no tengo palabras.

1 comentario:

Anónimo dijo...

puede ser que haya sido alla,
pero yo que no estoy alla,
y yo que estoy asi,
creo que pudo haber sido solo alla,
cuando no existian aun las fronteras,

o sea fue aca.

ea.