martes, febrero 07, 2006

Lo arriba del abajo (el techo del sur).

Serpenteando las fauces de Lucifer, o en un anfiteatro de ensueño rocoso.
Amando estrellas de cerca, soñando despierto un río manso.
Sueñitos y sueñazos, de la mano en todos lados, como una antologia de imagenes poeticas y podios naturales que no se dejan caer entre ellos. Solo alguna mano del hombre que opaca ligeramente bellezas de calibre demoledor para los cementos crudos.
En un marco delicioso, la altura del subsuelo es como una paradoja cautivante.
¿abajo de qué?
¡Arriba de todo!

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