miércoles, abril 19, 2006

Polifacéticos.

Las lágrimas del infierno son azules y van de zapatos lustrados,
patean la calle como un sendero al cadalso,
donde las almas agachan sus cabezas para despedirse de las mismas.

También patean la paz del pichón
que quieto fuma su alpiste en la impávida esquina
la cintura descalza, el corazón tranquilo
pero ilegal para quien quiera almorzar una suprema joven,
bien cocida a la sombra de la jaula.

Sino simplemente atormentan cuores alteradísimos
de poco sueño y mucha rabia
para que el choque de la materia
les riegue la semillita y germine su perversión marcial,
babeando de lujuria el montón de carne tullida
que dejan en la acera mientras digieren su sadismo.

Tu servicio a lo común
excluye toda mi locura,
y es es lo que yo soy,
para eso no sabés cura.

No hay comentarios.: