sábado, octubre 07, 2006

Inyección.

Un espiritu desencajado se desliza por las penumbras de la pista demencial. A la deriva para el ojo distraido... mas en realidad buscando esa inyección pa' que lo despegue de su sombrío periplo.
Recorre, mira. Su naturaleza invisible se tiñe de gris. Naufraga a orillas de la General Paz de la conciencia (pero del lado de provincia).
Y de golpe, en plena zozobra, la aguja lo abraza con su antídoto estimulante, y estremece los rincones que las telarañas habían querido oxidar. El espíritu se llena de colores, y un hueco en lo que podría ser su pecho se vuelve completamente transparente (¿será que las almas locas toman los colores de sus sentimientos?).
Y entonces, lleno de energía, regresa al licuador espiritual para contribuir con su tormenta.

1 comentario:

Anónimo dijo...

y flotar sobre tu piel..


gracias por haberla hecho perfecta

=)