lunes, agosto 24, 2009

Para adelante.

Qué triste sentir al sol tan singanas de alumbrar.
La flor más hermosa, marchita entre las páginas del diario
sin rubricar sueños que la renueven hoy.
El desaliento en su vuelo por un cielo grisáceo,
y la primavera que se hace desear.

Pero es mejor creer en la luz, en su resurrección.
La fe está más allá de un símbolo,
y los sentimientos son buen augurio.
Que sigue siendo posible amar
sin negar los inhóspitos sucesos cotidianos.

O ver en el presente un pasado indiferente
convertido a futuro de unión infinita
y querer ser un reflejo de semejante amor.

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