martes, octubre 01, 2013

A su vera.

Ruge la tarde al caer,
es un león que despierta
hambriento de luna llena,
urgente en su ayuno fiero.

Allá va el sol, perezoso,
yéndose lento, cansado.

Allá va la escasa cordura,
esa que aprendió a volar.

Una banda de bandadas
bordan el celeste paño.

¡Preámbulo primaveral!
Introito, comienzo, brizna.

Incontenibles las alas
que ansían batirse al sol,
y zambullirse en el viento
que las arrime al Pacífico.

Se elevan palabras sueltas:
aves libres en su cielo
buscando el roce oportuno
de alguna extraña belleza.

Acechando inspiraciones,
sobrevolando a las musas.

No hay comentarios.: