jueves, octubre 10, 2013

Atado a tus cordones.

Caminaría la vida entera
por tus veredas soleadas
entrando en la primavera,
dejando crecer mis alas
bajo esa luna, plateada
belleza en las medianeras.

Siempre regado de flores,
siempre tan bien peinado
ese andar de tus colores
que persiste lado a lado,
desbordándome los ojos
destellantes, embriagados.

Tanta memoria esparcida
por los rincones sentidos,
tantos jirones de vida
en sus calles repartidos,
entre escalones perdidos,
y esquinas desprevenidas.

Tus cordones me atan
con amante precisión, 
tus noches me matan
de pasión e inspiración.





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