jueves, abril 14, 2005

Desde este pequeño oasis de la conciencia vuelvo a decir lo que alguna vez te pedí: no dejes que mis manos te suelten por miedo. Esta vez no sé bien a qué es... pero está completamente descontrolado en mi cabeza, rompiendo todo, no se detiene, no quiere hacerme caso, es como una bestia impetuosa que sólo quiere destruir, sin más.
Solo son fantasmas que roen mis esperanzas.
Ya en otoño, ya cayeron mis escamas... quizás ese sea el problema. Quizás tener el corazón en carne viva duela como la hostia y el sufrimiento me azote las neuronas con sus artimañas, y entonces yo flaquee ante tanta sevicia, pero asimismo, mientras nuestras manos estén enredadas, no me puedo caer.

1 comentario:

Comentarios: dijo...

Si que si tengo los parches en la mano son con dibujitos de osos y la makina lista, cuando me des el ok, lo empieso a cocer asi te lo pegas...
cuidate y se feliz!!! kierote