jueves, abril 14, 2005

Eterna la lucha entre mi cabeza y las preguntas.
De tanto existencialismo mi baqueteada mente ya no encuentra una cama, ni siquiera un montón de paja para poder descansar el rato. Estoy que estallo de cuestionamientos que en realidad, como un embudo, terminan siempre en la pregunta final, que no parece encontrar respuesta, y esa ignorancia me desespera. No tanto por la ignorancia en sí, sino por lo que eso conlleva... por el vacío que se expande a partir de ese agujero negro en mi interior.
Encontrar todo tan efímero resulta insoportable. Tener esa certeza de que las fechas de vencimiento van a llegar, tarde o temprano, a cada rincón de mi pequeño universo, es como un domingo gigante, como un torneo.

"... nadie puede escaparse si todo es una prisión..."

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