viernes, abril 22, 2005

Es mucho tiempo... demasiadas esperas, de las más amargas, sin que los frutos se puedan siquiera olisquear como una pequeña presa de la ansiedad, del deseo insoportable de ver nuevamente ese set redondo y demoledor, que reacomoda los sentidos y el corazón, que deja ver un poco de verde en esta ensalada de mediocridades grises.
Da tanto miedo esa gracia que ni siquiera quiero pensar en lo imposible del furor. Es tan tenebroso este compromiso de almas que tengo con aquel rey, que hipotequé medio pecho por un beso en la frente, y ahora estoy tambaleando en una balsa renga sobre este arroyo de oscuridades, flotando a la deriva.
Un poco de rock... aunque después de tan alto vuelo se caiga y se haga trizas. Un poco de rock, y ahí mismo, en el seno del rock, llegar a eternizarme en una muerte pletórica. Esa última punzada, ese último riff, un alarido que desgarre este retazo de alma y ya, para irme con paz y rock al infinito.

1 comentario:

Anónimo dijo...

una misa más
no nos vendría
nada mal.
te amo.
infinitamenchi.
te amo.