sábado, julio 23, 2005

Astillas del infierno.

Te apuesto una vida a que tus peripecias no pueden desnivelar el encanto de semejante gusto por lo dulce.
Y perdí.
Pero qué diantres quiero de este mundo si no es divinizar mis manos con el tacto de las tuyas.
Aunque es cierto que descubrí que no todo te pertenece... debo una nariz al destello invernal.
Quizás esperé millones de años para que vengas y estalles en mi mente.
Y mi mente, con vos, se propague por un infinito de granitos, apuntalados por el reflejo de una cara desesperada.
Atormentado por el deseo de tu voz.
No se puede coexistir con un mundo tan negado.
Te extraño más que lo que extraño los sueños sin vos.
No sé hasta dónde podría describir un cambio, así que corto.

1 comentario:

Comentarios: dijo...

No te aferres al pasado
ni a los recuerdos tristes.
No abras la herida que ya cicatrizó.
No revivas los dolores y sufrimientos antiguos.

Lo que pasó, pasó...

De ahora en adelante,
pon tus fuerzas en construir una vida nueva,
orientada hacia lo alto, y camina de frente,
sin mirar atrás.

Haz como el sol que nace cada día,
sin pensar en la noche que pasó.

Vamos, levántate...
porque la luz del sol está afuera!





NO SE:(, TE KIERO ETERNAMENTE AGRADECIDA POR TODO LO QE HACES, VALES MAS QE ORO...

TE ADORO HASTA TU LUNA,QE ANDES BIEN ABRAZOS:)

ADEU!