jueves, julio 07, 2005

Sangre helada.

La calle se sostiene en una imagen desértica y detenida.
El bramido de un colectivo que arranca despeja por un segundo la muerte suspendida en el aire, muerte que vuelve con el silencio y hace del frío una constelación plomiza, como puntos de metal que flotan en un oscuro ataud cerrado. No queda nada vivo en este cuadro, y el ruido de pasos sólo sirve para profundizar el luto al momento de apagarse. Así, sólo así, puedo explicar mi calle en una cerrada noche de invierno.

2 comentarios:

Comentarios: dijo...

TE KIEROOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO....

MUAAAAAAAAAAAAAAAAAA CUIDATE EH SINO LOMPOELALMA:)

Anónimo dijo...

yo te abrazo con mis alas
y te cubro de luz cuando la tuya se apaga (o al menos intento hacerlo).
el frío es un plus para los abrazos =o)
je t'aime monsieur!