jueves, enero 25, 2007

Ecos del nunca que no fue.

Envuelto en un espejo
te dejo revuelto y despierto.
No sé de lo cierto
y más vivo que muerto
en este puerto nocivo,
me siento y caliento
mi alma en el viento
del estío sin calma
de abismos que llaman
y aman los sismos.

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