lunes, abril 09, 2007

Conclusión de una noche extensa.

Hay que movilizarse. Hay que sembrar en uno y en los demás la inquietud y la curiosidad, pero no en el camino del vacío, sino en el que va por la mano de enfrente.
Fundamental chamuyar para sobrevivir a cualquier inclemencia del espíritu (como quien pide siempre que alguno le haga la segunda).
Y si el que vino es blanco, ya sabemos la suerte de larga cuerda en el carretel (barrilete o pescado, depende el día).

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Que rico que es el vino.

Anónimo dijo...

Ay ay... dulce licor, suave tormento.