Tus besos, esos
que son como tocarle
la aldaba al sol.
¡Ay, tus besos!
Ahí nomás están
en el rincón de mi cama
y mi mirada los ama.
Es que tus besos me hacen
y también olvidar
los temblores que dañen.
Y tus besos en la locura
son la fruta más madura
coronada de dulzura.
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