miércoles, julio 10, 2013

Goteo inagotable.

Tac. Tic. Toc.
Caen como lágrimas
de un cíclope esponjoso;
se acuestan todas juntas,
se vuelven un espejo.

Tic. Tic. Tac.
Su ritmo indescifrable
lo mismo me hipnotiza.

Silencio.
¿Es que se habrá dormido?

Tac. Tac. Tac.
No, tan solo descansaba
de su bajada suicida,
del húmedo terrorismo
y su labor de aspersor,
del pluvial paracaidismo.

Tic. Tac. Tic. Tac.
Ahora garúan segundos
en este lado del vidrio
lleno de gotas espías
víctimas de la gravedad.

Tactactactactactac.
Ráfagas de refuerzos
líquidos, diamantinos,
estrellándose en el techo,
invadiendo los jardines,
asediando mi ventana,
estallando sin complejos,
vertiéndose, infiltrándose
en todos estos sentidos.

Tac. Toc. Toc. Tic. Toc.
Ya no sé si llueve afuera
o si estoy lloviendo dentro.

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