domingo, julio 21, 2013

Melodías, medianoches.

Todas las estrellas se me entregan
cuando camino tu eterna oscuridad
porque soy sólo viento,
sólo pálida luz lunar.

El llanto del cielo que riega raíces
para que este roble no marchite
su savia en la tristeza seca de la muerte.

Me vuelvo música, y todo
lo que afuera se apaga
dentro mío se incendia
con los momentos,
sin pensar pero creyendo
más allá de las heridas,
porque sin ilusión ni corazón
no nos queda nada por ser.

Si fluye la esencia,
si el alma si anima
entonces no existe idea
que pueda negarse a ser.

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