ante el tacto abstracto del perfume
azulado que destila esta musa resinosa.
Todo miente igual que siempre,
simulando ser más drástico
de lo que en realidad es.
Todo desnuda una nada
detrás de coloridos biombos,
con bellísimas figuras
inexplicablemente planas.
Todo es cartón, lienzo o pizarra
para deponer la idea suprema
de lo certero, concrecto, exacto.
Todo oscila entre la vida y la muerte,
el peronismo y sus detractores,
la fantasía y los refutadores.
Todo va pasando,
quedando atrás,
perdiendo las hojas,
borroneándose.
Pero no hay todo ¡no!
Se niega la sangre a pudrirse así,
en la quieta resignación
del riel hacia el vacío.
Resiste el árbol
lo más crudo del invierno,
acurrucándose hacia adentro
para esperar la primavera,
ya que no puede despegar
a perseguirla como las aves .
Grita su obsesión el grillo
invencible que ansía al sol,
creyendo que el siguiente
ya no se esconderá.
Vuelan las mariposas,
aladas de carnaval:
-¡No nos importa el tiempo!-
cantan, fugaces bellezas.
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