lunes, marzo 07, 2005

Pequeñísimo hombrecito...
la franela como punto de quiebra
para el suicidio de tu caparazón.

Es tan dura la intemperie
porque esta tibia garúa amedrenta
ese espíritu de caminante sin camino,
ese que trepa el árbol sin sogas.

Tu cielo está tan extraño...
¿dónde fue la luna?
Hay tantas estrellas, y un solo camino.

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