miércoles, junio 07, 2006

Un ciego esperando el sol.

Agarrar y hacer una nueva vida con barro de tierra y lágrimas es como jugar al ping pong con una pelota de papel.
La tristeza arde, y no perdona. Pero uno tampoco se puede someter a ella y ser su esclavo si realmente busca el sol. La única escalera posible ha de construirse con esas pequeñas delicias, como pistas, como maderitas que vamos encontrando en la playa, que el mar devuelve con un guiño cómplice para el náufrago desolado.
Cantar ahuyenta las tinieblas, y bailar atrae chispas.
El movimiento es un imán que seduce a la luz.

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