Se elevan las sombras propias, las propias luces, los factores que somos cuando no estamos encarcelados al tacto terrenal.
Ese convite espiritual, mesa invisible y ratona donde depositamos todos nuestros sueños de trinchera conceptual, en el arte de la idea.
Conexiones con la tierra con el cuero como catalizador. Ritmo de vuelo y candombe, cuerdas como chispas y una sopa de inconciencia que nos calienta el sentido.
El cocinero se vuelve chamán rítmico, para que aprender sea siempre el mejor camino.
Y ya hicimos que una noche más tenga sentido.
1 comentario:
En que sentido gira la noche...
es hermoso.
Anna.
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