Qué bonito descubrirse caminando,
ver los que van llegando y los que ya estaban ni hablar.
Y tener de la mano o de la cintura
la más hermosa criatura que la vida pueda idear.
Despertarse con sonrisas, a pesar de despertarse.
Hoy que tengo tantas ganas
(aunque a veces se me esconden)
veo sentimientos que ayer mordían mis pies
y disfruto suavemente la alegría.
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