miércoles, noviembre 10, 2010

Tiempo, tiempo y más tiempo (perdido).

Al tiempo lo veo pasar
en la bruma azulenca
en las flores marchitas
en el sol que se escapa
ahora más convencido
que en otras fugas (ligeras).

Pasa por esta certeza
de una locura incesante
que alimento sin piedad,
pasa por estos escritos
que embalsan mi marea
para seguir navegando
sin caer en los abismos
de la oscura soledad
(por donde pasa, también).

Pasa y me sobrepasa,
y quedo del lado de atrás
viendo todo en el futuro
y nada de dónde asirme
para no caer en sus fauces
de progresos regresivos,
de mutaciones nocivas.

¿Y por qué no se me pasa
este temblor invisible?
Si todo se va en el fluir
de los tics irrefrenables
de los tacs irrefutables
¿por qué no pasa la sed
de algo que desconozco?



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