(novia en soledad)
que le presenten hoy
a su amor prometido.
Espera esos sueños
(quiere concederlos)
y desespera, cansada ya
del tiempo impío
que la atraviesa.
Arde, ansiosa, su primavera
urgida por el estío apremiante
que viene derritiendo flores.
Y anhela cerezos y prados
que jamás comprenderá.
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