miércoles, diciembre 29, 2010

Apalabrado.

Soy presa fácil de las letras:
toda palabra me encadena
con una levedad sorprendente,
y obsesiona mis modales
y se come mis pensares
(esos que, sino, se enturbian).

Cuentos, diarios, poesías
sucesos y hasta frivolidades
se llevan mis ojos hundidos
para pasearlos sin rumbo
(aunque, a veces, lleguen lejos).

Y vago, divago, me embriago
entre definiciones e historias
que transforman (convulsionan)
estas caóticas cavilaciones.

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