martes, diciembre 07, 2010

Tumiñiko.

Quiero ser las letras y el mar,
quiero comprender esos delirios
que rugen sin más motivos
llevando en el viento su grito
con las gaviotas atravesándolo,
pero también adornándolo
embelleciendo su vista quieta
(o de hipnóticos periplos).

Siempre despedida
e implacable regreso.

El coro de pinos nocturnos
amando a la luna a gritos
con su poesía misteriosa
hecha de estrellas y arena,
con sus perfumes intensos
invitándote al suspiro
(convidándote su esencia).





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