viernes, diciembre 24, 2010

Estar activo.

Se siente mejor el movimiento.
Estar predispuesto al viento
y a sus soplidos caprichosos
insufla vida en estas ruinas.

No se detiene la rotación
(tampoco lo hace el corazón).

Entonces, la conclusión
es que el freno roe la emoción.

Y la quietud va consumiendo
la llama del fuego robado:
hay que encontrar unas ramas
para alcanzar su resurrección,
así empieza la recolección
y, con ella, el eterno flujo.

Hacer, desarmar, construir
asolar, emprender, estallar,
pero nunca, jamás, por nada
dejarse, hasta el alma, oxidar.



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