Un rumiante fatigado se hace presente entre la muerte fabulosa que vino a poner un poco de desvarío a la locura habitual (o cómo decirlo... a enquilombar más las cosas), y en su lomo llega, reinando nada, una majestad lunática.
De su bolsa pequeña pero intrigante saca un pequeño gran dibujo, y como con magia me refresca un poco la noche sofocante. Sí, como con magia. Como una reina mágica, o maga.
El frutillo del postre, un abrazo. Virtual o no, pero bonito al fin.
2 comentarios:
=)
Publicar un comentario