Supongamos... y suponemos, inventamos con el transparente imaginario un prisma de colores y la sensación de haber estado ahí, donde hay fundición de los amores que mejor se llevan puestos.
Dejamos volar un rato este barrilete intimo, que al cabo los vientos están favorables. Y cada uno es su personaje, al pie de la letra, porque en esta obra de teatro nos podemos un poquito mutuamente.
El ritual de la fantasía es ancestral, casi arcano, y no somos quienes para dejar de alimentarlo, así que a darle de comer a este dócil deseo onírico.
2 comentarios:
dócil deseo onírico.
oh sí.
MUAH.
llevame abrazos de hermano
sino te muerdo la oreja
y todo mal.
un dia nada mas puede ser?
esta semana no pasa oso de mi corazon!
Te Extraño!
espero qe andes bien y perdido en la nube de la felicidad!
te amo
la osa!
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