viernes, julio 07, 2006

La soledad no es "no quiero dormir, no quiero comer, no quiero reir"... o al menos lo disimula muy bien en este momento, donde sólo (o sin tilde) quiero reir, comer y dormir, y no quiero nada más.
Y qué problema... a algo le duele eso. Pero no por alguna extraña razón moral, ni eso del querer de los demás. Sencillamente duele, como el paso del tiempo a los calendarios, a la tierra, al crucero en el Caribe.

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