domingo, julio 30, 2006

No existe el olvido.

Porque todos los pasados que han cosido este saco de vida son irrecuperables, pero imperdibles al mismo tiempo. Siempre habrá al acecho algún recuerdo, a veces salvador, a veces sepulturero, para dar un golpe de timón en el curso del barco que navegamos a diario.
El tratar de olvidar es una tarea de tiempo completo, que quizás hasta sea el sentido de la vida en más de una interpretación. Esa desesperación irracional en escapar de los martirios que ofrece un recuerdo (por demasiado bueno o demasiado malo), ese sudor frío en las palmas de la nostalgia, esos ojos vidriosos que precen fantasmas de oficio, siempre latentes.
Apostar constantemente nuestras cartas a la espera de otro segundo que cambie la historia y nos exonere de la carga insostenible que significa este arcón de momentos.

1 comentario:

Equi dijo...

Muy buen Post!!!