sábado, diciembre 09, 2006

Hasta que vuelvas...

De nuevo viendo tu ausencia,
llorándote sin lágrimas al pie del espejo.
Soy tan inestable ante tus berretines
de rosa única en sus esplendores
que si fuera un subibaja con patas
quizás me representaría mejor.

Y ojo que esto no es un reproche,
porque tu amor no es amor mío
(eso lo sé desde siempre)
sólo catarsis de una extrañitis
entre miles de sombras más.

Pero que lo sepas ¿sabés?
Siempre espero algún milagro.
Y si es de los tuyos, mejor.

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