miércoles, diciembre 13, 2006

Yo broté de tu sangre.

Como si el alma brotara de un manantial de vino.
La ferviente e indómita locura nos apresura el paso y las ganas.
Por eso, sólo eso. Entre el asfalto y la inmensidad del mar.
Vamos a proclamar nuestras libertades
que estamos hechos para ser y dejar ser.
El amor nos pare todos los santos días
y nuestra eutanasia es la rutina demencial.
Ese alimento oscuro del alma que carcome
lenta y placenteramente este hechizo.
Pero broté de tu sangre, como un estornudo escarlata
que nos baña de vida.

No hay comentarios.: