viernes, marzo 30, 2007

Yira, yira.

Yira, yira... que el cielo no tiene puertas para vos, ni una puta buhardilla.
Dale a tu pulso un aluvión de libertad, que el deterioro externo ya se ríe de las pequeñas espinas de este amor.
Si lo que buscás es el sol y lo único que te dan es una vela.
Si de Papá Noel lo único que te quedó es la bolsa vacía.
Si el paraíso que te contaron no tiene final feliz.
Entonces, querido hamparado, destituído de la gracia divina, yira.
Yira que es el último bastión de la locura esencial, ese pedacito de corazón donde todavía no llega su bisturí.
Yira, vuela. Flotá y resistí desde tu inconciencia, que no es más que una inocencia hecha jirones.
Desde acá, alguien admira tu perseverancia, alguien valora tu enajenación.
No te dejes vencer por el hospicio.
Pero también acordate que, aunque lo nieguen a rajatabla los militantes del plástico, el amor existe.

1 comentario:

Anónimo dijo...

.Gracias por ayer.

:o)

alma visible del dios que ciega, ¡pobre quien no sude de tu calor!


T
E

A
M
O

T
A
A
A
N
T
O
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Nada como ir juntos a la par.

(1)(L)(2)