entre la liviandad florida
(un vuelo casi incesante)
y la ignorancia pesarosa
¿Habrá mañana, por fin,
una estrella que se fugue
de su quietud sideral?
¿Descubriré un color nuevo?
¿Será útil el amanecer
para mi espíritu opaco?
Y así, siempreguntandome
el paradero del entusiasmo
cuya ausencia se agrava
con las nubes del invierno,
arrastrando el lastre
resistiendo, esperando
una soleada tarde estival.
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