me he encontrado entre sus labios cuando besan y besan.
Yo dejo al sol que entre por nuestra claraboya,
y ella deja a los ratones que ellos royan y royan
El tiempo pasa despacito
cuando no te tengo a mi lado.
Necesito, para estar sentado,
un arbolito en este descampado.
Arranqué un ramo de flores;
se lo regalé a mi amante.
Dijo que no las quería,
que estaban mejor antes.
Y ahora he vuelto a mis manías,
no quiero rehabilitarme.
Dijo que no me quería,
que estaba mejor antes.
Van tan deprisa, nuestras almas, que se arrollan;
que se encuentran cuando nuestros cuerpos follan y follan
Son, nuestras almas son dos versos que se rozan,
nuestros cuerpos como dos cerdos que hozan y hozan
Y, si me veo desorientado
con la puerta de salida;
condenado a estar toda la vida
preparando alguna despedida.
Sé que, al destino, volveremos a engañar,
por que no se acostumbrarme a nuestras rarezas,
por que nunca más nos vuelva a manejar.
Dar contra un muro pa’ poderlo derribar,
que seguro nos depara una sorpresa,
si te atreves yo me atrevo a atravesar.
La vida, vino dando volteretas;
los pies, al suelo, a mí no me sujetan,
que soy viento y me embalo
y arranco las veletas.
La puerta, pinto de color de rosa,
del laberinto que hay en mi cabeza;
Me pierdo si me deja
y me encuentro si me roza…
Roberto Iniesta.
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