lunes, febrero 14, 2005

Me hundo en mi propio brazo, en la cama y en la situación. Me deshago de mi mismo y vuelvo a ver con mis ojos pero sin estar dentro, como si sólo fuera un binocular para observar el mundo que tan lejos mío está, y poder vivir levemente otra forma que no me resulta posible, y me huele a letal. Y yo también soy, en parte, ese de vos que oficia de inspiración cuando la vida falla, como el resto de las cosas que van al piso. Conformás un espacio de mi locura, tenés cierto número de acciones en sus actividades y reacciones aisladas y tan perdidas como encontradas.

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