jueves, noviembre 10, 2011

Valor agregado.

Cuando sea la hora de la ausencia
y este jardín se eleve y muera
transformándose en un páramo
de asolados frailejones
sólo quedarán los sorbos
que le hemos dado a la vida
sin grises ni contemplaciones
-esos que, a veces, atragantan
pero no dejan rastro de la sed-.

Cuando caiga el crepúsculo
sin volver ya a levantarse
y la última luna sonría
entre lágrimas de hastasiempre
ya no habrá recaudos necios
ahorrando vida para nunca
en un gris armario rancio.

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