domingo, noviembre 06, 2011

Viejo lobo de bar.

Como se mece la marea espesa
de esta tibia noche vernal
nos mecemos, inmersos
en su priva descuidada
que ha decorado con flores
y viejas maderas ajadas.

Si embarcamos un ensueño
sin desbordarnos de golpe
podemos navegar a gusto
por ese oleaje apacible
(tan amigable a veces
como indómito otras tantas).

¡qué misterio cimarrón
el de la sinrazón nocturna!
Por más que creamos tener
conocido el mismo mambo
se desprende de sus reglas
y arrebata sin avisos,
y amordaza los sentidos
que se apagan con la luna,
cuando se enciende el día
y llega la muerte onírica
(tan dulcemente deseada
en los instantes previos
como ajena o repudiada
a la hora del crepúsculo).

No hay comentarios.: