viernes, febrero 16, 2007

Con ustedes: el tonto.

Esta ternura que aflora está volviéndose compleja.
Es más dulce que lo amargo. Y entre dulces se entienden de primera.
Te veo y me pierdo en mi selva de estupideces suaves, donde sabés ser la más frondosa vegetación (y también la más colorida).

Y a veces no te encuentro. Y tengo que entenderme quizás perdido y perdedor jugando de local.
Entonces ahí es como diez kilos de azucar y ni una tacita de café.

En mi propia revolución tengo que lograr recuperar el sol perdido.
Porque un edén sin sol no es un edén.
Y no quisiera otro lugar para que vivamos.
(Y lo pongo en plural porque no quisiera vivir sin vos).

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