El dulce, ese que me embelesa los pensamientos, que destapa mi escape de suspiros y desarma todos los esquemas que pude haber imaginado alguna vez.
Y el tortuoso. El del alma sin piel. El boludo sin caparazón que se retuerce solamente de pensar en su fragilidad al descubierto. El punto g de la sensibilidad.
1 comentario:
el punto Gil de la sensibilidad
(JE)
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