domingo, abril 10, 2011

Volver

Se siente en el aire
la fragancia de tu vuelta
deshojando los relojes
como una margarita,
y el domingo no hace mella
porque ya no es más domingo
es tan solo la antesala
del milagro en la mirada
de un estío enclavado
en el mismísimo otoño
del sol para esta luna
urgida de su brillo.


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